La estadística para Benedetti
Y respecto a la estadística, le doy la razón a Benedetti, la estadística no sirve, uno y uno ya son suficientes para ser más que dos.
Puede que Benedetti sienta cierta satisfacción al ver que su trabajo -sus poemas- sean tan populares hoy en día en los círculos más jóvenes de las redes sociales .O Puede que no, nunca lo sabremos. De lo que estoy seguro es que ante todo, él hubiera querido que entendamos su vida, para así entender su obra. Compartir un poema o una frase no te hace el más romántico ni el más sentimental. El dedicar o escribir un poema es más que dejar una frase bonita, es la necesidad de escribir, es la manera como uno se abre las venas y deja que la sangre fluya. La esencia de un poeta como Benedetti se encuentra en el compromiso, es más, como bien decía él, su compromiso mayor era con la literatura.
Benedetti desde el inicio de su vida fue un viajero, su niñez se encontro entre Montevideo y Buenos Aires. A los 25 años formo parte del equipo de redacción del diario Marcha y a los 34 es nombrado director literario del semanario. Fue múltiple ganador del Premio del Ministerio de Instrucción Pública hasta que empezó a rechazarlo por discrepancias alrededor de la reglamentación. Trabajo también como crítico de teatro y guionista. En 1971 junto a miembros del Movimiento de Liberación Nacional y creo el Movimiento de Independientes 26 de Marzo, una agrupación que formo parte de la coalición de izquierdas en Uruguay. Debido al golpe de estado en su país, se ve en la obligación de abandonarlo y tuvo que viajar a Argentina. Su exilio tuvo una pequeña parada aquí, en Lima, donde fue detenido, deportado y amnistiado, para luego instalarse en Cuba, donde solo vivio un año. Viajo a Madrid y fueron diez largos años los que vivió alejado de su patria y de su esposa, quien tuvo que permanecer en Uruguay cuidando a las madres de ambos. En 1976 regresa a su patria, y empieza el proceso de “desexiliacion”, evidente en sus obras. A partir de esa fecha los justos homenajes por una vida de consecuencia y pasión lo tocaron.
En su obra siempre encontraremos poemas, haikus, en los que desnuda a tu interior, te hace valiente, te da una tregua y hace que entiendas que las primaveras pueden tener esquinas rotas. La soledad y la melancolía del maestro responden a que tuvo que dejar a su gran amor, su única esposa, por razones incomprensibles al corazón. Hablar de su singular sentido de los sentimientos es redundante. Como hombre comprometido, la influencia política en su poesía es innegable. En el ¿De qué se ríe?, por ejemplo, el vate estaba al servicio de la impotencia que le produjo la dictadura en su país, que lo persiguió a muerte y que lo alejo de lo más preciado para él, su esposa y su gente. Es en tanto la influencia política de Benedetti que lo hace un poeta con un horizonte más amplio de lo que se conoce. Aquello que desmitifica, de alguna manera, la imagen del poeta puramente romántico y estético. No en vano escribe en algún momento:
“Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida.
Y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
Cantamos porque el grito no es bastante.
Y no es bastante el llanto ni la bronca.
Cantamos porque
creemos en la gente
y porque venceremos la derrota.
Cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo, en aquel fruto,
cada pregunta tiene su respuesta…”
Al final Benedetti sobrevivió al exilio, resistente como pocos, aunque su alma fue la que sufrió las heridas de todos los exilios.
Como ser humano, fue un hombre muy amable según sus allegados, incapaz de negarse ante un favor. Un tímido absoluto, que encontraba a su pluma como mejor instrumento para darse a conocer. Si te ganabas su confianza te dabas cuenta que era un gran conversador que nunca dejaba de lado su maletita marrón, en la que guardaba celosamente poemas y cartas personales.
Cada día, encontramos más fotos, frases, poemas recortados y quienes lo tildan de poeta dulce. Las declaraciones de amor, los “rotos” y los “descosidos” aumentan, la estadística aumenta. Personalmente, creo que Benedetti si estaría plenamente satisfecho de saber que sus poemas sirvan de consuelo para los enamorados. Y respecto a la estadística, le doy la razón a Benedetti, la estadística no sirve, uno y uno ya son suficientes para ser más que dos.